Socialmente, llamamos arquitecto a aquella persona capaz de ejercer la profesión de arquitectura, aquella persona que idea, planifica, y dirige la construcción de estructuras, así como edificios de carácter social, cultura, residencial, etcétera. Pero esta definición popular de quien es realmente el arquitecto no abarca todo el repertorio del arquitecto, es por ello, que en los siguientes párrafos, conceptualizaremos y profundizaremos un poco más en esta cuestión, ¿quién es el arquitecto?

Un arquitecto no necesita un título

Solemos ligar la idea de arquitecto a quienes han terminado una formación universitaria, a quienes están legal y verdaderamente capacitados para ejercer la arquitectura sin riesgos, que, aunque por supuesto son arquitectos más importantes y necesarios para la sociedad, no dejan de lado al resto de arquitectos. Pues bien, arquitecto o arquitecta no es solamente quien tiene un título formativo, es todo aquel que hace arquitectura, es decir, toda aquella persona capaz de analizar, comprender, y proyectar las necesidades o deseos de las personas en el espacio mediante estructuras. Por poner algunos ejemplos, aquel que se explaya dibujando urbanismo, es un arquitecto. Una persona que construye una pequeña cochera en su jardín, es un arquitecto. E incluso el niño de diez años que construye una casita de papel o cartón en miniatura, es un arquitecto.

Lo que trato de transmitir con esta idea, es que denominar a una persona arquitecto es directamente ligado a la profesión, y que, aunque pueda parecer inapropiado, denominar a aquel que hace arquitectura sin un título o algo similar arquitecto, tampoco sería erróneo, pues en el fondo, ambos están tratando con la arquitectura, aunque sea a distintos niveles de profesionalidad, calidad y capacidad.

El arquitecto ha de ser un psicólogo

El ser arquitecto, ya sea profesionalmente o no, como hemos explicado en el apartado anterior, supone una requisito que muchas veces no se ve a simple vista, y es que el arquitecto debe de ser un psicólogo. Ahora bien, con que debe ser un psicólogo me refiero a que el arquitecto debe ser capaz de canalizar sensaciones, sentimientos, deseos y necesidades del entorno y las personas, y proyectarlas con ayuda de la técnica en un ambiente, espacio, o edificio, de tal forma que sea capaz de ofrecer algo útil a su entorno. Para que ser arquitecto tenga sentido, se debe entender a las personas, pero también al entorno en el que se va a proyectar la arquitectura, de tal manera que el arquitecto se vuelve aquel capaz de idear y crear una estructura en el espacio capaz de satisfacer una necesidad humana o ambiental.

Características del arquitecto

Para ser un buen arquitecto, se necesitan una serie de características y habilidades clave, que se han de potenciar y entrenar mediante la experiencia y la pasión por la arquitectura a medida que se trabaja más y más con ella, entre algunas de las más importantes de ellas se encuentran las siguientes.

Organización

La organización como virtud para hacer encajar múltiples ideas o conceptos en una proyección espacial es algo esencial para que la arquitectura pueda desarrollarse correctamente. El arquitecto que no es organizado, no es capaz de ofrecer bienestar y claridad a través de sus obras a aquellos que las aprecian o hacen uso de ellas, pues, si el arquitecto no se aclara con su propio proyecto, ¿cómo lo harán los que se encarguen de edificar o aquellos que residan posteriormente en la estructura en cuestión? Si un arquitecto es organizado no solo evita mareos y dolores de cabeza a sí mismo y a aquellos a los que su arquitectura afecte, sino que también permite la modificación y mejora de aquellos aspectos que puedan necesitarlo en un momento dado de una forma más clara y fácil, correspondiendo esto a un correcto mantenimiento y cuidado de la estructura en un futuro.

Fuente: mexicodesign.com

Creatividad

La creatividad es la capacidad innata o aprendida, y además potenciada mediante la experiencia que permite al arquitecto dotar a la estructura ideada de un toque personal, humano, histórico, o incluso cultural. El arquitecto que no es creativo no es reconocido como un arquitecto de calidad, pues si solamente se idea un proyecto reglamentario y funcional, la estructura hecha en falta algo que represente un sentimiento, idea, o suceso. Si un arquitecto que se dispone a planear una edificación solamente se fundamenta e inspira en como debe ser, y no en que debe transmitir, la obra en cuestión estará incompleta, vacía. Es precisamente por esta característica que decimos que el arquitecto, en realidad, es un artista también, pues está manifestando y creando una obra que transmite algo, que refleja ciertos aspectos o emociones de la vida, y que en resumen, ilustra al ser humano.

Comunicación

El arquitecto debe ser capaz de comunicar mediante un lenguaje determinado, ya sea oral, por medio del dibujo, de renders, o cualquier otro, la idea del proyecto que se tiene en mente a aquel interesado por este con el fin de acercarse lo máximo posible a aquello que el interesado desea o necesita. Además, es necesario que, a nivel de marketing, el arquitecto sea capaz de vender y convencer a las personas de que su obra es digna, mediante la justificación y demostración del trabajo realizado, basado en los intereses individuales que nombrábamos anteriormente

Y ya no solo eso, a nivel de profesión, el arquitecto que dirige la edificación de una estructura ha de saber tratar con cada uno de los campos que se requieren para ello, como el de materiales, el de obra, el de legislación, etcétera. Por lo que si no se conoce la forma de comunicar correctamente las necesidades a este nivel, un proyecto arquitectónico de esta escala puede ser desastroso.

Ser crítico y analítico

Por último, el arquitecto necesita ser capaz de profundizar y descubrir la forma de funcionar de todo aquello que le rodea relacionado con la arquitectura, debe poner en duda y cuestionar la estructura y funcionamiento de las cosas para llegar al fondo de cada elemento arquitectónico interviniente en la arquitectura, con el fin de posteriormente poder involucrarlo correctamente en sus obras.

El arquitecto como continuo estudiante

Lo cierto es que para ser arquitecto, como hemos dicho anteriormente, no se requiere de un título o formación a menos que se vaya a ejercer la arquitectura de forma profesional, pero el caso es que si que se necesita aprender a ser arquitecto.

Un arquitecto no solo debe ser capaz de idear y proyectar estructuras, también debe saber a aprender a llegar a eso y debe saber como mejorar sus virtudes de cara al futuro. Se debe aprender a crear arquitectura, a verla y razonar sobre ella, por ejemplo, conociendo las posibilidades que pueden ofrecernos distintos terrenos y materiales en el proceso de edificación, y también las distintas formas de crear y comunicar un proyecto arquitectónico. Se debe aprender a identificar patrones y elementos arquitectónicos en las estructuras que nos rodean, aprender a comprender que función desarrollan estos en el completo de la estructura final, y mucho más.

La clave es que ser arquitecto, más allá de ser o no una profesión, o de estar capacitado para serlo o no, es una decisión, un compromiso y una forma de vida, de ver el mundo y el entorno que nos rodea mediante un proceso reflexivo personal sobre la arquitectura.