Esta reflexión surge gracias a un edificio auténticamente inspirador que veo siempre que acudo a la universidad, se trata del Espai Verd, un edificio del arquitecto Antonio Cortés edificado a principios de los años 90.

Fuente: epdlp.com

Mi inspiración arquitectónica

Habitualmente, los edificios urbanos que contemplo en mi entorno, no son nada del otro mundo, simples estructuras diseñadas para cumplir con su función sin destacar, salvo por algún elemento memorable entre la monotonía estructural. Como futuro arquitecto, me gusta pensar que el día que tenga la capacidad de diseñar un edificio correctamente, lo haga siempre con creatividad e innovación en el diseño, ilusión que se apaga lentamente cuando observo los edificios que he comentado ahora. Sin embargo, el Espai Verd es uno de los pocos edificios que tengo la suerte de presenciar que mantienen vivo ese deseo, recordándome que, aunque es cierto que en muchos proyectos no se vaya a presentar la posibilidad de dejar volar al máximo la creatividad del arquitecto, siempre podemos poner de nuestra parte para deleitar al mundo con nuestras obras, como ha hecho Antonio Cortés.

Fuente: archeyes.com
Fuente: Atlas Obscura

La función de la vegetación

La estructura principal del Espai Verd, se compone de hormigón, acero, madera, vidrio, y mucha vegetación. La presencia de esta vegetación a simple vista, podría dar la impresión de que se colocó como consecuencia de la popularidad de los edificios sostenibles, sin embargo, aunque probablemente este fuera un factor que impulsó su diseño, creo que la colocación de tan numerosa vegetación en el edificio se debe a la búsqueda de la integración con el entrono, ya que el Espai Verd está ubicado cerca de la huerta de Valencia, y los edificios que le rodean son bastante ordinarios. Gracias a la vegetación el edificio es capaz de no resultar excesivamente imponente ante los demás dada su robusta estructura de hormigón y de no parecer un elemento ajeno al entorno de la huerta, de forma que el edificio queda bien integrado en aquello que le rodea, tanto arquitectónica como ambientalmente.

Conclusión

El Espai Verd es un edificio ejemplar para la arquitectura bajo mi criterio, no solo por su sostenible y agradable incorporación en el entorno, sino por la grandeza de su estructura arquitectónica. Su diseño es algo que rompe con la rutina de los edificios residenciales y que explora una amplia gama de posibilidades por toda la obra, ojalá hubiera más edificios como este, que son capaces de promover el uso de diferentes estructuras y formas sin ser ajeno a su entorno ni distanciarse de su función principal.