1. La experiencia del entorno

1.1 Las cosas a mi alrededor

El espacio que he seleccionado para esta práctica se trata de una zona del jardín de casa de mis abuelos, un rincón especial donde se hallan y surgen las mejores experiencias entre amigos y familia.

El lugar en cuestión se sitúa rodeado por una zona de hierba natural por la parte trasera, más bien descuidada, que es la que más representa la naturaleza en ese entorno. A la derecha se encuentra un camino de tierra que conduce a otros lugares del jardín además de este, con una hierba mucho menos alta y más cuidada que la anterior, que en este caso busca representar más bien el orden que la naturaleza. A la izquierda yacen un conjunto de piedras blanquecinas de pequeño tamaño que conforman la base del terreno, estas aguardan un conjunto de cactus y otras plantas dispersas por toda la zona. Por último, justo en frente de este rincón, se encuentra una piscina de profundidad media y dimensiones moderadas, que favorece a la sensación de calma general que el lugar transmite.

Fuente: Elaboración propia

En cuanto al rincón como tal, se basa y centraliza en un frondoso y acogedor árbol, decorado con farolillos y luces ambientales, y al frente, un sofá de tres plazas y un sillón, rodeando una mesa de arcilla y otra mesa complementaria que comparte el diseño del sofá y el sillón. Aprovechando la esquina de estos dos muebles, se haya una lámpara de pie, que brinda la iluminación principal al lugar cuando cae el sol. Además, bajo una rama del árbol se encuentra una mesa blanca y alta con diversas bebidas, tanto alcohólicas como no alcohólicas, junto con una pequeña nevera también de color blanco. El lugar dispone de cuatro cactus en sus esquinas, cada uno dentro de su respectivo macetero de arcilla, a parte de tres plantas más distribuidas por espacios vacíos que dotan de color a este rincón.

Sobre los sentimientos que este lugar puede transmitir a simple vista, destacan la comodidad, tranquilidad, intimidad, y el disfrute, pero personalmente, lo que este lugar me transmite a mi va más allá de eso. Es un lugar en el que he compartido multitud de experiencias con mi familia, lo que me genera una sensación de ternura y cariño, junto con cierta nostalgia fruto del deseo de volver a vivir a esos momentos compartidos. Y es más, este rincón también hace resonar en mi la soledad, pues en su mayoría del tiempo permanece inhóspito y en desuso, por lo que cada vez que lo veo en este estado, me hace darme cuenta de la situación que hay a su alrededor, y las ganas que hay de compartir con la familia partiendo de esa sensación de añoranza.

Fuente: Elaboración propia

1.2 Respuestas a las preguntas formuladas

¿Por qué has elegido este lugar?

El motivo por el que he elegido este lugar en concreto es porque se trata del lugar en el que tengo más recuerdos felices compartidos con mi familia, es el primer lugar en el que pensé cuando se propuso el trabajo, pues al contrario que en zonas como bares, alguna cafetería, parques, o cualquier otro (que no tiene porque ser público como en los ejemplos dados), que también se predisponen a albergar a un grupo de personas determinado, este rincón del jardín de casa de mis abuelos posee una energía distinta al resto, es una energía que te atrapa y conduce a estar en el lugar dado, y que una vez ahí, te permite permanecer cuanto lo necesites, lo que inevitablemente lo hace más agradable que cualquier otro lugar presentado.

¿Qué te hace sentir a gusto?

En cuanto a la parte emocional, lo que me hace sentir bien cuando habito o contemplo este lugar, son los recuerdos que evoca, el tiempo compartido con los seres queridos, y las buenas experiencias que ha brindado en el pasado. En cuanto a la parte mental, es la estética, colores, distribución y objetos que se presentan en el lugar lo que me agrada y me hace querer formar parte de esta bella composición, además de la intimidad y cercanía que produce sobre todo el árbol trasero al sofá.

¿Existe algún elemento molesto?

Realmente no hay un elemento fuera de lugar que salte a la vista fácilmente, pero cuando pasas tiempo en el lugar, observas e ideas posibles mejoras para este, y en este caso, las tres plantas decorativas distribuidas por el lugar son un ejemplo de ello. A pesar de que son un elemento agradable a la vista y el ambiente general, en ciertas ocasiones se hacen molestas, o bien para caminar, o bien cuando se está sentado y hace viento, o también son un inconveniente a la hora de regarlas, pues el agua tiende a salir ligeramente de las macetas al regar, importunando al ambiente mediante la suciedad de un poco de tierra mojada. Y dejando de lado lo arquitectónico, otro elemento molesto podrían ser, por ejemplo, las algarrobas. El frondoso árbol que tan buena y agradable energía transmite es un algarrobo, que en épocas de verano deja caer sus frutos en masa, lo que perturba la composición, orden y limpieza del lugar.

¿Crees que te sentirías igual en otro espacio ahora mismo?

Es posible que existan y puedan darse espacios alternativos a este que cumplan su misma función y transmitan algo parecido, como el salón de una casa, con una acogedora chimenea que sustituya el papel fundamental del árbol y unos sofás y sillones que equiparen la comodidad del lugar previo. Sin embargo, no conozco ni he experimentado un lugar tan mágico como este, capaz de juntar a muchas personas y simplemente por su composición, brindar comodidad y bienestar espontáneos, lo que por supuesto no quita que puedan darse espacios similares o incluso mejores que este respecto a estos aspectos.

¿Piensas que las condiciones de este espacio influyen sobre sus
ocupantes? ¿Cómo?

Así es, las características del árbol, los materiales de los sillones, las bebidas sobre la alta y estética mesa blanca, junto con el suelo liso y brillante, el radiante agua de la piscina, y el toque de verde de las plantas, entre otros, brindan y transmiten inevitablemente sensaciones positivas a sus ocupantes, sensaciones de calma y tranquilidad, siendo un lugar de bienestar profundo. La forma de transmitir estas sensaciones es mediante la correcta distribución y selección de elementos arquitectónicos y aprovechamiento de elementos naturales que ya residían en el espacio, es decir, hacer encajar todas las piezas de este «puzle» llamado jardín, de una forma que resulte agradable. Lo divertido de esto es que el «puzle» no solo tiene una única solución, sino que diversas administraciones del espacio pueden dar lugar a un amplio abanico de sensaciones aunque el espacio físico sea el mismo.

¿Cambiarías alguna cosa?

De cara a mejorar el lugar, como he dicho antes, la clave está en realmente hacer uso del lugar, y encontrar sus puntos débiles desde dentro. En este caso, añadiría más fuentes de iluminación y de mejor calidad, pero que siguieran conservando ese tono cálido propio de las luces de color amarillo, quizás alguna que alumbre el lugar al completo desde una rama superior del árbol. Por otro lado, también añadiría un sofá más por defecto, puesto que siempre que la familia se reúne aquí, hay que sacar sillas de interior para que la gente pueda sentarse, por lo que un sofá o dos más ayudarían a unificar más a las personas que hacen uso del espacio cuando son una gran multitud. Por último, otro cambio que haría sería sustituir la mesa central por una más grande por el mismo motivo que antes, es un lugar que en ocasiones alberga a un gran número de personas al mismo tiempo, y es por eso que hacen falta más elementos funcionales para abastecer a toda la multitud presente en cada momento. Aún así, considero que el espacio tal y como está tiene un encanto único, y reconozco que añadir más elementos y aumentar las dimensiones de la zona de comunidad podría restarle importancia o magnitud al árbol, que para mi es la clave del lugar, por lo que habría que encontrar un punto medio entre estos dos aspectos.

2. Peter Zumthor «Atmósferas»

Fuente: swissnex.org

A continuación, comentaré algunas de las frases que más me han llamado la atención y han destacado del texto «Atmosferas» de Peter Zumthor, junto con mis interpretaciones y reflexiones sobre ellas:

2.1 La calidad arquitectónica

  • Página 5, líneas 4-5: «La calidad arquitectónica no es, para mi, ser incluido entre los lideres de la arquitectura, que te publiquen, etc. Para mi la realidad arquitectónica solo puede tratarse de que un edificio me conmueva o no.»

Con esta frase, Peter Zumthor dice que la calidad arquitectónica realmente reside en la experiencia emocional que provoca un edificio, indicando que la arquitectura debe conmover para ser considerada como tal. Esto choca con la concepción tradicional del éxito en la arquitectura, alejándose de logros técnicos o reconocimiento profesional y acercándose a la percepción personal de cada uno. Sitúa al usuario, y no al creador, en el centro de la experiencia de la arquitectura, al contrario de lo que estamos acostumbrados.

2.2 La magia de lo real

  • Página 6, líneas 5-7: «Existe una magia de lo real. Conozco muy bien la magia del pensamiento. Y la pasión del pensamiento bello. Pero me refiero a algo que, con frecuencia, encuentro más increíble: la magia de lo verdadero y de lo real.»

En este caso, el autor da valor a la autenticidad y a lo tangible por encima de aquello que sea abstracto. Destaca que la realidad física tiene una magia propia que se puede tocar y puede conmover. Este enfoque pone en valor la experiencia directa y sensorial en un mundo donde muchas veces se prioriza lo digital o lo conceptual. Es interesante porque resalta la necesidad de volver a conectar con lo material y real para que se pueda dar la creación de arquitectura.

2.3 El sonido del espacio

  • Página 7, líneas 22-23: «Todo espacio funciona como un gran instrumento; mezcla los sonidos, los amplifica, los transmite a todas partes.»

Zumthor habla ahora del sonido como una parte fundamental de la experiencia espacial. Esta idea de que los espacios emiten sonidos propios, incluso en silencio, añade una dimensión acústica a la arquitectura, cosa que a menudo se deja de lado. Lo interesante de esta cita es que invita a los arquitectos a pensar en que las construcciones no solo se ven o tocan, sino que también se escuchan, influyendo así en el bienestar y la percepción del usuario.

2.4 La temperatura del espacio

  • Página 8, líneas 4-10: «Creo que todo edificio tiene una determinada temperatura. (…) por ejemplo, el acero es frío y reduce el calor, y cosas así…»

En este caso se introduce la idea de que los materiales transmiten también sensaciones térmicas que afectan a la percepción de un espacio. Esto es relevante porque identifica el bienestar físico como parte de la atmósfera arquitectónica, siendo un elemento que va más allá de aquello visual o estructural, conectando la arquitectura con la experiencia corporal directa, en este caso, la térmica.

2.5 Las combinaciones de los materiales

  • Página 7, líneas 1-2: «Un mismo material tiene miles de posibilidades. Me gusta este trabajo y cuanto más tiempo lo llevo haciendo, tanto mayor misterio parece cobrar.»

Aquí, se ve a los materiales como elementos que interactúan entre sí y a su vez interactúan con el espacio, resaltando las posibilidades infinitas de combinaciones y efectos que la combinación o tratamiento de estos puede desembocar. Se comenta además la riqueza de trabajar con materiales de manera sensible y creativa. La importancia que se le da a la elección consciente y el trabajo experimental con los materiales en la creación de atmósferas es la clave en esta frase.

2.6 El cuerpo de la arquitectura

  • Página 6, líneas 32-33: «Como nuestro cuerpo, con su anatomía y otras cosas que no se ven, una piel, etc., así entiendo yo la arquitectura y así intento pensar en ella.»

El autor añade una dimensión orgánica a la arquitectura, destacando su relación directa con el cuerpo humano, concibe la arquitectura como un cuerpo, con capas visibles e invisibles que interactúan para formar una totalidad en la estructura. Esta visión hace hincapié en que la arquitectura debe sentirse, tocarse y experimentarse físicamente, no solo conceptualizarse, como ya hemos comentado varias veces.

2.7 Entre el sosiego y la seducción

  • Página 9, líneas 9-10: «Es decir, cuando recapacito sobre cómo nos movemos en un edificio, no pierdo de vista esos dos polos de tensión con los que me gusta trabajar.»

Se analiza la tensión entre dirigir al usuario a través de un espacio y dejarlo explorar libremente. Sugiere que la arquitectura puede ser funcional del mismo modo que puede generar experiencias de descubrimiento personal en lugar de imponer rutas predeterminadas, es decir, dar la oportunidad a aquel que experimenta la arquitectura de explorar por sí mismo y bajo su propio criterio la arquitectura, así como cuando se aprecia un cuadro.

2.8 La luz como elemento arquitectónico

  • Página 11, líneas 21-23: «Una de mis ideas preferidas es primero pensar el conjunto del edificio como una masa de sombras, para, a continuación –como en un proceso de vaciado–, hacer reservas para la instalación que permita las luces que queremos.»

Ahora se trata a la luz como un componente fundamental en la arquitectura, no como algo innecesario como podría ser un accesorio. Al esculpir sombras y luego añadir luz, crea ambientes cargados de significado, considerando la luz no solo como funcional, sino también como un elemento que modela las sensaciones espaciales, creando una atmósfera variada a nivel emocional.

2.9 Grados de intimidad

  • Página 10, líneas 13-14: «Tiene que ver con la proximidad y la distancia. El arquitecto clásico lo llamaría ‘escala’, pero suena demasiado académico.»

Se conecta en esta ocasión la arquitectura con la psicología humana, mostrando cómo las proporciones espaciales influyen en nuestra experiencia emocional. Habla sobre la escala y cómo ésta afecta la relación emocional entre las personas y los edificios. Lo llama «grados de intimidad», sugiriendo que el tamaño y proporción de un espacio pueden hacer que nos sintamos acogidos o abrumados en función de estos factores, así como, por ejemplo, una obra arquitectónica religiosa puede transmitir respeto e impresión al espectador.

2.10 La arquitectura como entorno y recuerdos

  • Página 12, líneas 12-13: «Para mí hay algo mucho más hermoso: imaginarme cómo un edificio mío será recordado por alguien al cabo de 25 a 30 años. Quizás porque ahí beso a su primer amor. No importa la razón.»

La arquitectura trasciende su función inmediata y tradicional, y ahora se convierte en parte de la memoria individual de las personas, formando parte de sus recuerdos y experiencias. Esta visión de la arquitectura como algo que se integra en la vida diaria y emocional de las personas, hasta el punto de formar parte de sus recuerdos, es interesante porque otorga un valor que permite a las construcciones perdurar más allá de su vida útil principalmente planteada.